Ahora me refiriré a los cronopios. Hace algún tiempo, creí que mi animal favorito se trataba de la tortuga. Creí, tambien, encontrar algo dematerial de lectura, una noche de verano. Entre una de las páginas de un libro, encontré una foto de una tortuga con un caparazón pintado. Era una golondrina, azul, creo. Leí lo que decía al lado...

"Ahora, pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural. Las esperanzas lo saben y no se preocupan. Las famas lo saben y no se preocupan. Los cronopios lo saben y cada vez que encuentran una tortuga, sacan unas cajas de colores y dibujan sobre la redonda pizarra de la tortuga una golondrina".

Yo quedé como "QUE RAYOS...!", pero este fue, creo, mi primer enganche al mundo de la subjetividad, de los quiebres de esquemas y del surrealísmo. No sé muy bien si el texto presenta las características que mencioné, pero es así, fue un enganche. Y me llevó a quedar como traumado, y a crear un blog, que más tarde quedó en el olvido. En fin... Así se me pasó el post trauma y quedé convaleciente de los textos experimentales.

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