Un café en un recreo no es lo mismo que en la propia casa. Es inexplicable, pero es así. Y no es lo mismo tampoco un café solo que con una barra de chocolate. A veces está lleno el kioskillo, asi que solo debo contentarme con un café. Me refiero al recreo del liceo, claro. Es raro que tanta gente quiera tantas cosas que valen menos de 300 pesos en los recreos. Es verdad que muy pocos toman desayuno y que la lata de estar en clases hace que nos gastemos un poco. Pero tanta gente... es inhumano comprar con como (me atrevería a decir) 200 personas en menos de 20 minutos. Es en el segundo recreo en donde satisfazco mis necesidades cafemaníacas, al vicio negro. En el primer recreo es imposivle. Y eso que son niñitos de 7mo los clientes frecuentes. Esto da para pensar uno de los motivos que mucha gente comparte, los de ir al baño. Es mentira, no van al baño, van a comprar, a gastar dinero dinero en un negocio remunerado. A las personas no les imposrtan que esté la Municipalidad de por medio, les importa llevarse un Leblon a la boca. Pero volviendo al tema del café, no solo puede ir acompañado de chocolate, sino tambien de unos tuistos. Parece de mala apariencia, pero si se puede. Es extraño, ¿salado con dulce?, no va... pero la verdad es que sí. Uno cuenta las monedas para comprarse un cafe de unos 150 pesos. Y ni siquiera le importa la musica que pongan en el recreo. La cosa es salir del mar humano despues de comprarte el café. Hay gente de buena fe a veces que se quita del medio y te deja pasar a tí y a tu café. Pero hay gente que no. Y no no más. Es en esas situaciones que tu, si no tienes suerte, que se te da vuelta el café en la mano. Aunque sea solo un cuarto de vaso, del grito y del dolor sueltas todo el líquido, que se desparrama por el suelo, y despues lo pisan y queda todo desparramado. Ahí debería venir Don Carlitos y limpiar, pero lo que pasa es que cuando tu compraste tu café estabas al final del recreo, donde todos corren a sus salas y esperan un máximo de 30 minutos esperanso que llegue su respectivo profesor, entonces don carlitos no ve nada y ni siquier se da cuenta de que alguien se ha quemado. La plumavit se rompe, y el café se pone pegajoso. Y spone pegajoso por el azúcar. Es obvio que justo en esa vez te diste un poco al infantil vicio de agregar una tercera cucharada al café. Tercera digo, porque con menos de dos el cafe no resulta. La dosis de cafeína va acompañada de unos 10 gramos de polvo dulce, o no tiene sus efectos en la persona consumidora. Se van 167.29 galones mundiales de café al mes. Pero justo esa vez se te cae... El café termina junto al vaso, desparramdo en el suelo.

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