Lluvia de/e ideas


Hoy: El Verano Naranja

Les contaré la historia de como la psicodelia forma parte de mi concepción de la particular estación del año, el Verano.
Aún cuando yo escuchaba recién los primeros discos de Pink Floyd, siendo "Flaming" y "Pow R Toc H" mis canciones favoritas, al igual que las de Syd Barret (Como "Dark Globe" y "Dominoes"), llegó a mis oídos una melodía presente siempre en mi subconsciente, pero que nunca evalué el sentido psicodélico que este concepto pudiese llegar a tener (de hecho, creo que nadie más lo ha hecho). La melodía era la cancioncilla esa de la nueva ola, "Verano Naranja". Claro está, mezclada con el sabor de un varquillo de mora crema (ja, "maldita sea!") y el exquisito y lozano aroma de una costanera a las 5 de la tarde. El pasto verde, se mezclaba ese día con el grisáceo de la calle y las veredas con gente... Notas... Letra:" Un verano naranja... quiero ese sabor..." Ay, que psicodélico, me dije, en el instante en que me preguntaba como sería un cielo naranja, con arena naranja, quitasoles naranjos, mar naranjo, helado de naranja, calles naranjas, agua naranja y aroma naranjo. Demasiada calor me daría, además que la naranja es una fruta de invierno. Y entonces la psicodelia "take over". Ya no había día en que no pensara en la ajena canción. Pero eso hace cuanto fue. ¿Dos años, tres? Aún así, cada día soleado trae nostalgia de ese entonces. La confusión, el helado, la incertidumbre, el calor, las pruebas de fin de año, y por fin, el verano. Luego conocí el disco "Animals" de Pink Floyd, el año siguiente. También leí "Rebelión en la Granja" el mismo año. Me identificaba con algunos simbolos de los libros, analizaba todo, llegándo a la conclusión que si había analogía entre la granja y mi vida. Tambien puse una vaca sobre CELCO, en una foto, diciéndo frases como "dragged down by the stone" y "haven't you heard the news? The dogs are dead" Ahí, claro, pasó de un naranjo felíz y extrovertido a un simple amarillo. Amarillo seco y árido, que me daba cada vez más sed. Pero con algo extraño que no lograba el naranjo, algo que nacía del corazón y no se quedaba en el leseo, como la psicodelia. Era como un feeling de crap, uno se sentia como crap todo el día. No era pasajero como el verano naranja. Se degeneró el concepto, por esta droga depresiva, nueva e inexperimentada. Desde ahí comenzó a tomar terreno la depresión dominical, la añoranza de una zambullida en cohique a las 2 de la tarden y los viajes por alguna metrópolis cercana, perdido en el tiempo y en espacio. Comenzaba una época depresiva, relajada solo en el olvido, que duraría casi por 3 años. Pasó del amarillo, al morado, al azul, y ya se cambió el verano por el invierno, y despues por esos molestos dias en que hacen mil grados bajo cero en la mañana, cosa que uno lleva parka, pero despues en la tarde hay esos mismos miles sobre cero, cosa que hace que tu odies tu parka y el momento en que decidíste llevarla contigo. Rabia y depresión, la alegría era pasajera, un accesorio de la vida. Pero ahora, por algún motivo cambió todo. Me siento renovado, felíz. La literatura me ha liberado, al parecer, de toda esta agonía. El dilema de qué es realidad y qué es fantasía me dió un sueño cítrico y melodías agradables, la rata gigante se llevó mi invierno, la gente rata limpió mi psicodelia y el verde amanecer me dió un día naranjo y refrescante. Cual factor liberador. Volví a ser yo nuevamente, pero con la experiencia de toda esta estadía. Agradezco los "jams" de los sábados, las tardes de escribir sin parar, el volver a mirar las nubes. De nuevo soy psicodélico y naranjo. Ya la depresión se ha ido. Estoy purificado. Claro está, purificado y naranja.

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