Literatura Frikeada

Mis Ojos vieron la Gloria.

"Mi abuelo, dejándose llevar por el prejuicio de que los lentes son cosa de viejos, no consintió que mi padre las usara durante la niñez, a pesar de la grave necesidad que tenía de ellas. Cuando mi padre ganó sus primeros seis dólares, desobedeció a mi abuelo y compró un par de anteojos a un óptico ambulante. No eran aquellos lentes adecuados para corregir el defecto visual de mi padre, pero tuvieron su utilidad. Esperó a que llegara la noche, y, sacándo las gafas del rincón donde las había escondido, se escurrió fuera de casa, por el huerto, hasta un campo abierto en que ni árboles ni casas le estorbaran la contemplación del cielo. Una vez allí, se puso con temblorosa mano sus seis dólares de lentes mágicos y vió, por primera vez, cómo brillaban las estrellas, cómo la luna era un macizo disco de plata y no una serie de luminosos círculos concéntricos. Se quedó sin aliento, sobrecogido por el espectáculo glorioso de la bóveda celeste, hasta que una nube de lágrimas le empañó la visión de aquella maravilla.
Yo había aprendido en la escuela -solía decir al relatar aquella aventura- que el cielo tenía que ser así, como había aprendido que las hojas trepan siempre hacia la copa de los árboles en vez de formar verde musgo en las ramas inferiores. Pero aquella visión real del cielo tal y como se les aparece a los demás, me proporcionó el momento más bello de mi vida"

Peggy Wood, en "How Young You Look (Cuán jóven te ves)"

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