Literatura Frikeada


"Conversación con mi döpellganger"

-¿Y a tí que te pasa?-
-Hace tiempo que no tenía tantas ideas sueltas. Ya hay demasiadas así que hay que hacer algo. Están como girando en mi cabeza. Desde que escribí la última ha pasado tanto...-
-¿Tanto? Como por ejemplo...-
-Para qué irse en los detalles...-
-Ah, no me quieres contar. ¿No confías lo suficiente en mí?-
-Obviamente que sí. Pero el hormiguero no tiene recuerdos...-
-Desde las últimas ratas que todavía estoy tratando de descifrarte. Te llamé porque quiero que me expliques. No llamarás a tu ángel dorado otra vez, ¿cierto?-
-No. El ángel ya no existe-
-...
-Lo ahogué-
-¿¡Cómo pudiste!?-
-No en ese sentido, claro está. No ha muerto. Pero no volverá a menos que quiera hacerlo. Y si lo llamo quizás qué me dirá... Podría insultarme. O lanzarme agua. O prendernos fuego a los dos-
-¿Y a mí por qué querría prenderme fuego?-
-Por el simple hecho de que estés cubierto de hojas de árbol-
-No es justo.
-¿Y qué lo es, en estos días?
-Volviendo a lo nuestro, ¿Cuál es tu problema?
-Ninguno
-¿Entonces...?
-Ése es el problema. No pasa nada. Mis sueños son irrealizables. Y me acabo de dar cuenta. Tengo miedo. Pero por ahora no. Es que esto está como lejos.
-Entonces, ¿qué tienes?
-Tengo un pequeño libro de poemas. Lo he leído solo una vez, pero lo que hago es escribir mis cuentos y guardarlos ahí entremedio. Le escribí un cuento...-
-Ya, ¿y bien? Eso es bueno, sabes. La ocupación es buena para tu espíritu-
-Pero, ¿ y si no tengo?
-No hables tonteras, obvio que tienes. Pero en fin, como sea, ¿qué más tienes?
-Tengo estos libros. No he leído casi ninguno. Hay unos que se supone que me tienen que enseñar, pero es difícil, no los leo. Me arrojo en mi pieza. No porque esté cansado, sino porque... no hay nada, ¿entiendes? Nada.
-Mmm, una vez me sentí así
-¿Y qué hiciste?-
-Me repararon-
-¿Ah sí? ¿Quién?-
-Nadie, idiota, no pueden repararte en ese estado porque no estás capacitado. Es difícil, primero tendrás que arreglarte tú. Y dejar que alguien te arregle es lo peor que puedes hacer-
-¿Y convertirme en lagarto?
-¿Por qué querrías hacer eso?
-Por curiosidad...
-¿Curiosidad? Idiota. Te matarás-
-Depende a qué lagarto me convierta-
-Claro, si te conviertes en lagartija, te aplastarán. Si te conviertes en dinosaurio, dominarás la Tierra.
-Es difíl, mala idea.
-Pésima idea.
-Ahora miro la hora, la busco, estoy obsesionado con saber qué hora es.
-Mmm, eso es malo.
-Cualquier obsesión lo es. El punto es que, déjame explicar, no sé que hora es. Y desde que me sacaron los ojos, no puedo mirar el cielo, teniendo una referencia de a qué punto del día estamos. Tengo que esperar a que me crezcan de nuevo.
-Espera tranquilo mejor, no te esmeres en los relojes aún. Es penoso.
-Como sea, ¿puedes decirme la hora?
-Las... tres veinte-
-...
-...

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