"Me habló el gato"
Tan "in" quedo con el libro ese, "Rayuela" de don Julio Cortázar, que, claro, se alucina fácilmente cuando se está "in".
-¿Pero y de qué se trata?- me pregunta el gato, mirándome a los ojos (cosa rara en estos animales eso de mirar a los ojos).
-No es historia, son, emociones, instantes, relaciones entre las personas, paisajes, cosas así-
-Me aburre...-
-Todo te aburre, te pasas el día durmiendo-
-Pero es que hace sueehhhño- (bostezo)
-¿Y qué sueñas?-
-Cosas como, ehm, caminos, viajes, autos, algunos caminos, algunos recuerdos se me repiten. No soy tan afortunado como ustedes que pueden soñar cosas que no han pasado, cosas que no existen. También me aburro de soñar-
-¿Y no has intentado salir de esa "correctitud" del sueño, qué sé yo, volar, gritar, arrojar todo lejos?
-No, ya te dije que no tengo esa capacidad, he tratado...
...
Y por arte de magia, la ocurrencia del gato da para decirme.
-Los cuerpos no son nada más que energía, que ata partículas formando moléculas yuxtapuestos a átomos, que en conjunto, originan reacciones químicas diversas dentro de cada cosa. Y nosotros creemos que todo es rígido, mas no lo es... Las variaciones de energía fluyen no sólo por el cuerpo, sino que las tomamos, las botamos, del cielo, al suelo, de las plantas, al aire, de las piedras, a otros. Esa es la escencia de la vida-
-¿Y cómo explicas lo de los sentimientos en los humanos?
- Claramente es una capacidad nada más humana. Están acostumbrados a emplear más energía, protestando que les falta, para concluír todas sus capacidades intelectuales básicas. Es tanta la energía, que las fluctuaciones se elevan a un punto crítico, alojándose en más de un locus en encéfalo y llegan a pensar, a sentir. A nosotros nos tocan pocas veces tales variaciones y sólo a veces llegamos a sentir y a pensar-
Se me ocurre romper la inverosimilidad de las cosas y preguntar
-¿Y tú de donde aprendiste todo eso?
Pregunta incorrecta
-Miau
Rayos, esto ya se estaba poniendo interesante.
Así como castigado por llevar racionalidad al teatro mágico, cierro el libro y entro a la casa.
Tan "in" quedo con el libro ese, "Rayuela" de don Julio Cortázar, que, claro, se alucina fácilmente cuando se está "in".
-¿Pero y de qué se trata?- me pregunta el gato, mirándome a los ojos (cosa rara en estos animales eso de mirar a los ojos).
-No es historia, son, emociones, instantes, relaciones entre las personas, paisajes, cosas así-
-Me aburre...-
-Todo te aburre, te pasas el día durmiendo-
-Pero es que hace sueehhhño- (bostezo)
-¿Y qué sueñas?-
-Cosas como, ehm, caminos, viajes, autos, algunos caminos, algunos recuerdos se me repiten. No soy tan afortunado como ustedes que pueden soñar cosas que no han pasado, cosas que no existen. También me aburro de soñar-
-¿Y no has intentado salir de esa "correctitud" del sueño, qué sé yo, volar, gritar, arrojar todo lejos?
-No, ya te dije que no tengo esa capacidad, he tratado...
...
Y por arte de magia, la ocurrencia del gato da para decirme.
-Los cuerpos no son nada más que energía, que ata partículas formando moléculas yuxtapuestos a átomos, que en conjunto, originan reacciones químicas diversas dentro de cada cosa. Y nosotros creemos que todo es rígido, mas no lo es... Las variaciones de energía fluyen no sólo por el cuerpo, sino que las tomamos, las botamos, del cielo, al suelo, de las plantas, al aire, de las piedras, a otros. Esa es la escencia de la vida-
-¿Y cómo explicas lo de los sentimientos en los humanos?
- Claramente es una capacidad nada más humana. Están acostumbrados a emplear más energía, protestando que les falta, para concluír todas sus capacidades intelectuales básicas. Es tanta la energía, que las fluctuaciones se elevan a un punto crítico, alojándose en más de un locus en encéfalo y llegan a pensar, a sentir. A nosotros nos tocan pocas veces tales variaciones y sólo a veces llegamos a sentir y a pensar-
Se me ocurre romper la inverosimilidad de las cosas y preguntar
-¿Y tú de donde aprendiste todo eso?
Pregunta incorrecta
-Miau
Rayos, esto ya se estaba poniendo interesante.
Así como castigado por llevar racionalidad al teatro mágico, cierro el libro y entro a la casa.
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