Borrador sin título

Empecé claro,
después me puse turbio.
Es imposible sentir los pensamientos
ordenados,
clasificados.
Entonces decidí meditar
para parar un rato toda esta locura sin sentido.
Me quedan pocos días de retiro,
retiro de sentimientos,
retiro de sociedad
(qué bueno que puedo hacer esto),
pero me da miedo,
¿qué pasa si me da la cosa otra vez,
otro día,
y no pueda retirarme?
Si me da pánico escénico,
depresión endógena,
parálisis psicótica,
una contorsión caótica del alma
que me sacuda y me agite,
entre mis costillas el corazón encerrado,
una nebulosa negra comienza a pelear
persiguiendo mi mente entre mis neuronas, entre mis sesos.
Qué es ese misterioso enjambre,
esa electricidad frenética
que me quita el equilibrio,
que alimenta mi hambre con sueños,
fantasías de mi carne expuesta
dispuesta a ser devorada por osos
en un bosque lluvioso.
Sentir pelaje entre mis dedos mientras destrozan mis piernas.
Sentir la cara en el barro mientras reparten mis intestinos,
en un bosque lluvioso,
oculto en medio de la melancolía
su propio final en este fin del mundo.
De dónde salió esta agitación,
esta inquietud,
esta vigilia constante,
el temor por mi muerte,
el miedo al abandono,
a pasar y morir desapercibido,
a no engendrar hijos,
a quedarme fuera de la casa
otro día lluvioso
colgado de las patas,
boca abajo,
mientras todos cenan en la cocina
mi carne,
mis memorias,
mis canciones
las arrugan y las botan a la basura.
Supe la diferencia entre el amor y la obsesión
y la linea se dibujó tan clara en el suelo
que me sentí feliz de ya no amarte,
de ya no tener que extrañarte,
de no tener que gastar energía en evitarte,
en hablarte como si fueras cualquier otro;
felicidad de ya no tener que decir que no me pasa nada,
de no tener que esquivar las juntas en tu casa,
de ya no tener que ir a tomar cerveza con tus amigos.
Sentí felicidad de escapar
de esos veranos maravillosos
(los mejores de mi vida)
que ahora son recuerdos melancólicos
convirtiéndose en niñerías,
en pendejadas,
en historias que me da vergüenza tener que contarle
a mis amigas
que preguntan cosas
cuando ya me da flojera seguirles mintiendo.
Sentí alegría
de no tener que acompañarte al campo
con tu familia
a la muerte de corderos y vacunos,
a ver toda esa sangre fluír al río
y sentir esa paradoja extraña
que desde mi corazón también saldría sangre
y también se iría al río.
Un alivio no tan ligero
me dio cuando supe
que no era amor lo que sentía ya yo por ti.
Y te dejé ir.
Dejé ir tu piel
blanquecina
que se teñía junto a la mía con el sol del verano,
que se ahumaba junto a la mía con el fuego de la cocina,
que se arañaba junto a la mía, el uno al otro,
el otro al uno.
Dejé ir tu aroma,
dejé ir tu venganza,
dejé ir tus mentiras sin sentido,
tus sentidos de protección hacia mí,
de posesión hacia mí.
Tú no estás escapando.
Tú ya aceptaste
el hecho de que no podrás escapar.
Aceptaste bosques sombríos y lluviosos,
carne de cordero,
sangre de vacuno,
aceptaste leña y aceptaste hacha,
la corona de la virilidad que han inventado otros,
otros ajenos a tu historial,
otros que no te conocen tanto como yo,
y te coronaste
te vestiste como dicen
para amar como dicen
para poder vivir como dicen.
Yo no escribo esto para ti,
no espero que lo leas,
porque aceptaste también
el hecho de no leer,
de consumir,
de ver la tele,
de regalar cosas en navidad.
Te me escapaste totalmente de las manos,
quedaste fuera de mi alcance.
Cómo te voy a amar.
Cómo te voy a amar así.
Cómo vas a entender que yo no quería eso para ti,
que yo no tenía nada que ofrecerte,
yo no quería pertenecer a tu clan,
para quedarme con tu territorio.
Yo quería cosechar el territorio
y regalar la comida
a nuestras familias,
a nuestros amigos.
Yo no quería darte la mano
y atar tu existencia hacia mí.
Yo quería que tu alma vague libre
y que florezca cuando se le dé la gana.
Yo no quería tener tu apellido,
ni formar una familia contigo.
Yo quería que voláramos
libres,
sin ataduras,
destinos sin retorno.
¿Cómo vas a entender ese tipo de sensación
que me produce el pensar en ti
cuando los tiempos se han vuelto confusos,
las creencias se han vuelto obsoletas,
las fantasías se han vuelto escasas,
y nos dicen que nos aferremos
a la primera oportunidad que tengamos
de pertenecer,
de justificarnos,
de ser lógicos,
racionales,
y materialistas?

Comentarios