Contra el mundo (parte 2)

De "El bombero de La Serena" (en progreso), mayo 2014.


Alex es grande y yo soy pequeño
es calmado y relajado,
yo soy acelerado y complicado.
Ando siempre pensando y urgiendome...
Alex no me dice que me calme
me dice que le encanto como soy.
Que él es el relajado y yo soy el inteligente.
Porque la inteligencia viene con la locura.
Yo no le creo mucho, pero aprecio que lo diga
porque todo el maldito mundo me dice
que no sea así
que me calme
que me relaje
que deje de pensar
Ese toque
que DEJE DE PENSAR.
Que me vuelva estúpido
controlable
predecible
y que deje de ser yo.
Alex dice que así ya yo no le gustaría,
y que él sobraría,
y todo se volvería una rutina.
Alex es fuerte, y yo soy muy débil.
Tiemblo de miedo, a veces, por las noches
y él me abraza y me dice que todo va a estar bien.
Me regalonea como si fuera un niño
pero todos los días me dice que igual soy grande
que estoy madurando
creciendo
y que él lo ve
y que se siente afortunado de que
aunque ya tenga 21 años
no he madurado, porque así me ve crecer
y él va a ser parte de mi "yo adulto".
Me dice que él tambien siente miedo de algunas cosas
que no estoy solo
porque las mismas cosas que a mi me dan miedo
a él lo asustan igual.
Tenemos miedo de estar solos, pero juntos ya no lo estamos
Tenemos miedo de que pase el tiempo demasiado rápido
entonces nos ayudamos para hacer rápido nuestras cosas
y hacer muchas cosas
y en vez de ser estresante
él me ayuda a ver todo como si fuese un regalo
porque mientras crezco y aprendo
él lo hace también.
Alex es fuerte porque puede cargar con su miedo y mi miedo
mientras me enseña cómo se hace
y me da un abrazo y una sonrisa
y eso es como un hogar acogedor en el invierno
una cama tendida y suave.
Alex tiene los párpados pesados,
cuando era chico algo le paso en la cara
y le destrozó unos nervios.
No puede abrir enteros los ojos
ni cerrarlos totalmente.
Es como si fuera japonés
o anduviera con sueño
o drogado.
Cuando tiene sueño o cuando anda drogado es muy chistoso
porque se le ven los ojos cerrados.
Una sola vez lo he visto llorar.
Era de noche y tuvo una pesadilla.
Yo lo sentí moverse y lo desperté.
Prendí la luz y vi que comenzó a llorar.
Soñó que estaba de vuelta en el fondo del abismo
que todo sirvió para nada
y que yo ya no estaba con él.
Fue la primera vez que cargué con él.
Me gustó.
Dijo que no se acordaba cuando había sido la última vez
que había llorado
que había sido con un golpe en la cara
en la naríz
y que se le llenaron los ojos de lágrimas.
Sus ojos son hermosos, a pesar de estar casi cerrados todo el tiempo.
Su mirada es profunda, amigable y reconfortante.
A todos les gusta hablarle porque es muy amable.
Tiene esa facilidad de ser cercano con todos.
Yo no puedo.
Él socializa por mí,
me presenta gente.
Una vez me preguntó si a mí me podría gustar otra persona aparte de él.
Que si lo engañaría alguna vez.
Yo le dije que no,
porque no puedo sentir eso con nadie
no me gusta nadie más.
La gente que amo son mis hermanos
mis padres
y él
Y no hay nadie más.
Físicamente me gusta demasiado
lo encuentro lo máxim
Lo que más me gusta es escuchar música
y abrazarlo
y mirarlo de cerca.
Nunca se ha puesto violento conmigo.
Jamás me ha insultado, o mentido,
dice que no tiene nada que esconderme,
y que no le importa no tener a nadie más.
Yo lo inundo, a veces, con racionalidad y sociedad.
Le digo que no podemos andar de la mano por la calle
que no podemos decirle a la gente que nos amamos
que no están listos.
He perdido demasiadas cosas por ser así
y tambien por decirlo.
Y no quiero que él pierda cosas
o le hagan daño
por eso.
Además no es para tanto,
si cuando llegamos a la pieza
nos volveremos a amar
nos volveremos a acariciar y andar de la mano
a tener lunas de miel
y abrazos y pactos.
Entonces le decimos a la gente que somos amigos
que vivimos juntos temporalmente
que nos conocimos en la U.
Les decimos que no existimos
les decimos que nos pintamos, como el resto
que el disfraz es real y abajo no hay nada.
Les decimos que estamos solos
que no nos importa nada
que nos da vergüenza el amor.
Les decimos que jamás evolucionaremos
las mentes
a algo más.
Porque aparentamos ser exactamente lo mismo que ellos son.
Entonces somos errantes
entre conversaciones, entre amistades.
Cuando alguien nos descubre, viajamos
buscamos otra conversación, otra amistad
otros rostros, otros aires.
Y vamos siendo y vistiendo
y visitando, y creyendo,
temporalmente
momentáneamente.

Comentarios